El mundo tiene miles de millones de años y aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo fue la creación de éste, desde el principio han existido sociedades y estas a su vez han creado y desarrollado su propia cultura que además se ha transmitido de generación en generación por siglos y siglos. A pesar de todo esto la cultura, costumbres, tradiciones y todas las actividades que puedan englobarse dentro de una comunidad son dinámicas cambian con el tiempo, esto quiere decir que aquellas actividades que nuestros ancestros realizaban hoy día no son ni similares y en caso de que lo sean muchos son los cambios que han sufrido luego de esta etapa de modernidad. En este justo momento te presentaremos una cultura que data de miles de años atrás, considerada por muchos expertos como una de las más antiguas que permanece sin mayores alteraciones hasta el día de hoy. Se trata de la tan mencionada cultura oriental, cuna de la espiritualidad y de miles de religiones, pensamientos y filosofías, bailes, tradiciones, fiestas, gastronomía y toda una serie de manifestaciones que hacen de esta milenaria cultura una de las más ricas, bellas y variadas del mundo entero. Esta cultura como se mencionó con anterioridad basa su centro en el alma y en todos los aspectos que involucren la espiritualidad del ser, por lo tanto, comprenden e interpretan de una forma muy eficiente todas las necesidades, deseos y sentimientos que el ser humano tiene y siente como parte de su naturaleza. Además es muy rica y posee una gran abundancia en el área de educación, valores de distinta naturaleza, comportamientos y conductas así como la belleza humana y toda la sabiduría universal, despojándose de todo sentido fantasioso del ser y de su imagen corporal y manteniendo su centro en la naturalidad y en la armonía del cuerpo humano. La llamada cultura oriental incluye países como China, Japón, la India y muchos otros países del continente Asiático. Todos estos tienen una filosofía en común basada en tres principios los cuales son en primer lugar la realidad es el cambio, puesto que todo lo que hoy nos puede parecer real o cierto el día de mañana puede cambiar, mejorar, etc, por lo que el cambio en inminente. En segundo lugar, el universo es una unidad armoniosa en donde las cosas, objetos y todo lo que habita en él se corresponde entre sí; en parte está relacionado con la ley de atracción, ya que todo lo que existe tiene su correspondiente causa, consecuencia y su par en la vida. Y por último, el hombre es capaz de transformarse por diversos métodos que lo eleven espiritualmente como lo puede ser el yoga, la meditación y toda una serie de actividades que nutren el alma de los orientales y que les permite crecer, transformarse, iluminarse y hasta trascender. Los orientales en general son personas que consideran de vital importancia el respeto que deben tenerse mutuamente los unos a los otros, pues tienen mucha fe en que cada persona recibe lo que cosecha y por ello siempre tratan de buena manera a sus semejantes para recibir el mismo trato de vuelta o para que la vida le devuelva esa bondad que han invertido. El respeto y el reconocimiento de la superioridad de un semejante en algún aspecto, son rasgos que igualmente caracterizan a todas las personas que forman parte del oriente del mundo. A pesar de que el arte se realizaba desde muchos siglos en estos lugares, dejando todo un legado e historia a nivel artístico todo con fines espirituales y rituales, es en los siglos modernos, específicamente a principios del siglo XIX cuando se descubre el arte oriental y se difunde por el resto del mundo como un estilo de renovación a lo que ya se venía implementando artísticamente y muy original, de manera que sedujo y captó la atención de cientos de artistas famosos que para el momento estaban en boga como por ejemplo Van Gogh. Esta nueva propuesta de arte proveniente desde el oriente del mundo, proponía un exótico pensamiento, que estaban desligados del realismo, del positivismo y de la ciencia, para que de esta manera se enfatizara en lo que culturalmente es más importante para ellos, el alma, los valores espirituales y el ser. Los paisajes son uno de los temas que son de gran preferencia para los artistas orientales a la hora de realizar una obra de arte inspirada en su cultura y a través del cual muestran o representan su personalidad, su más íntimo ser, de modo que es mucho más fácil recurrir a cierto grado de abstracción artística, el cual es una corriente que influencia de manera significativa el arte de esta región, específicamente de China y Japón. El vacío es otra de las propuestas que la cultura oriental tiene para dar y que por lo general está ligado a un paisaje, y al mismo tempo a muchas creencias que ellos tienen dentro de sus filosofías. Este significa lo que es y lo que no es, de modo que se presenta un fragmento de la realidad que tiene sus cimientos en la nada. Este se representa en blanco y tiene un valor muy importante debido a que le da carácter y mucho significado a la obra en cuestión. Otra de sus figuras es el infinito, la idea de la atemporalidad es de preferencia de los orientales porque para ellos el tiempo puede llegar a ser relativo tan sólo porque alguno de ellos esté en un estado de meditación. Es un arte además admirable, elegante y muy sencillo y simple, y todas las formas de caligrafías son vitales para este tipo de piezas artísticas, puesto que como tienen fines meramente espirituales, siempre se escriben o plasman los mensajes necesarios para llevar la enseñanza espiritual de la mano con las manifestaciones plásticas o artísticas. Además es original en su totalidad, porque a diferencia del arte occidental está basado en principios completamente diferentes a los que se venía fundamentando el arte hasta el momento. En él se ponen al descubierto secretos, contenido lírico y espiritual basado en sus creencias religiosas y en su alma.